Depende de la lesión, el grado de degeneración y los hábitos del paciente.
En general, tras una o varias sesiones, los efectos beneficiosos pueden durar entre 6 meses y 2 años, y en muchos casos permiten evitar cirugía o retrasar una prótesis articular.
Con revisiones periódicas, recomendaciones personalizadas y ejercicios de rehabilitación, se puede mantener el efecto regenerador durante más tiempo.
En pacientes activos y con buena respuesta, incluso una sola sesión puede ser suficiente durante años.